La Osteopatía, en un contexto de abordaje holístico, a través de modelos globales bio-médico-psico-sociales, promueve o recupera la homeostasia o equilibrio mecánico del conjunto de los tejidos corporales musculoesqueléticos, nerviosos, viscerales, circulatorios etc., y lo hace con la aplicación de técnicas manuales dirigidas a los tejidos identificados como patológicos en el diagnóstico funcional osteopático.

Las numerosas áreas de especialización que un osteópata puede escoger, permiten que muchos de estos profesionales se enfoquen en áreas concretas como la medicina interna o la pediatría.

Las tres esferas de tratamiento que abarca de forma complementaria entre sí por las correlaciones existentes son :

• Estructural: ajustes necesarios para recuperar el equilibrio en conjunto musculo esquelético.

• Visceral : devolver homeostasia vísceras con sus interrelaciones con sistema musculo esquelético

• Craneal : tratamiento de cefalea, migraña, vértigos…

Osteopatía Pediátrica

Es una especialización, realizada por fisioterapeutas y osteópatas, en la que se utilizan técnicas manuales, adaptadas y específicas, para los bebés y los niños.

El osteópata diagnostica disfunciones de movilidad en los distintos tejidos corporales (articulaciones, músculos, fascias, vísceras..) que pueden estar creando síntomas locales o a distancia.

El simple hecho de que el bebé se encaje en la pelvis de la madre durante el embarazo, o atraviese el canal de parto, puede hacer que diferentes estructuras de su cuerpo se vean sometidas a una gran presión. Al descender por el canal, el neonato sufre fuerzas compresivas tanto verticales como transversales y torsionales.

Una de las zonas que más suele sufrir esta presión es la cabecita del bebé. Con frecuencia se producen tensiones membranosas o articulares que originarán en ciertos casos problemas futuros como:

  • Escoliosis: la tensión craneal excesiva, si no se trata a tiempo, se puede transmitir al resto de la columna y al sacro.
  • Asimetrías craneales.
  • Cólicos del lactante.
  • Problemas de deglución.
  • Problemas digestivos: reflujo, gases y estreñimiento.
  • Otitis y bronquiolitis

Estos síntomas y otros suelen producirse, sobre todo, cuando los partos han sido instrumentalizados (con fórceps), largos o provocados.

Si no se tratan a tiempo, las tensiones del parto que han afectado al cuerpo del bebé pueden convertirse en futuros problemas durante la infancia y la edad adulta.

Debido al estrés que supone el proceso de parto para el recién nacido, algunas de sus estructuras óseas o tejidos pueden resultar afectadas. Los huesos del cráneo son todavía blandos y se amoldan a las contracciones para ayudar a la salida del neonato del útero. Por esta razón, muchos bebés presentan deformación craneal, llamada plagiocefalia, o sufren tortícolis.

La osteopatía pediátrica tiene como fin liberar las tensiones acumuladas durante el parto y reequilibrar la relación entre el cuerpo y el cráneo. Además de las lesiones o disfunciones que hemos comentado, también es eficaz en el tratamiento de infecciones tan comunes en los bebés como la otitis y la sinutis, ya que ayuda al buen funcionamiento del sistema linfático.

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